jueves, febrero 01, 2007

MÚSICA LOW-COST



A raíz de un artículo publicado en La Vanguardia, titulado Los días contados del CD, en el que se habla del Midem 2007 (Mercado Internacional del Disco y la edición Musical), cada vez estoy más convencido que lo mismo que ha sucedido con las líneas aéreas, los hoteles e incluso la moda, le va a pasar al mercado de la música.

La era digital está marcando un cambio en la industria musical y las grandes corporaciones (el G5 como lo llama Carlos Galán de Subterfuge Records en otro artículo interesante) con su gran influencia mediática, nos están intentando convencer de que si esto sigue así se acabó la música para todos.

Personalmente no me lo creo, el problema de estas compañías es que su “oligopolio” se va destruir porque las barreras de entrada están desapareciendo, lo que les introduce en un nuevo entrono mucho más competitivo y por lo tanto, a priori, desfavorable para ellos.

Pero y el consumidor… ¿Qué quiere el Rey de Reyes? Sin duda el consumidor (entendido como un conjunto) prefiere música de calidad a bajo coste o coste nulo es decir, música low-cost.

Un consumidor mucho más informado y maduro entrará en acción. Sus fuentes de información ya no vendrán exclusivamente del bombardeo de los mass media, convirtiéndose el consumo por recomendación en una clave del nuevo entorno, al igual que la prueba gratuita (Tryvertising).

Como apuntan desde Trendwatching en su tendencia Digital Embrace, la industria musical deberá convertir la amenaza que implica la era digital, en una oportunidad (puro DAFO dinámico) y rápido, porque ya hay gente que lo está haciendo, como Amie Street: música low-cost, recomendación, Generación C y Cash, Web 2.0… y todo esto fuera de las grandes corporaciones ¿Será este el nuevo modelo de tienda de música? No lo sé, pero su receta tiene un poco de eBay, algo de My Space y otro poco de iTunes.

Que conste que no estoy diciendo que las grandes empresas de la música van a desaparecer, ni que ya no se va a respaldar a los artistas. Seguramente el portafolio de artistas en grandes multinacionales se reducirá, pero por contra aumentarán los independientes, convirtiendo esto de la música en un negocio para muchos en vez de para unos pocos.

Respecto a las descargas ilegales, ya veremos lo que sucede, pero si los portales legales permiten bajarte canciones de forma rápida (time = money), a un precio accesible, con toda la información sobre el artista, la canción, la pista, la carátula del álbum, etc… seguro que el coste compensa la comodidad de navegación en tu nuevo y flamante iPhone ;-)

Los ingresos de los artistas por la venta de su música se verán reducidos y difícilmente llegarán a superar un tope, pero éstos pueden generar ingresos por merchandising, publicidad, conciertos… mejor que trabajar en una oficina ¿No? Y si son tan buenos que consiguen crear un clásico, tendrán una renta asegurada para toda la vida, porque la buena música es buena hoy y siempre. De hecho ya he leído varios artículos, que pronostican la vuelta de los clásicos a las listas de superventas gracias al nuevo entorno digital.

Fuera del mundo puramente digital, un disco físicamente hablando, sirve de regalo, de recuerdo, tiene connotaciones de mitomanía, llena tu estantería, puede tener una carátula creativa irrecreable digitalmente, te lo puede firmar tu artista favorito, puede ofrecer un descuento para la gira oficial… Lo único que hay que hacer es cambiar de mentalidad y empezar a surfear las nuevas olas.

Vídeo musical: "Vulcan" de Los Tiki Phantoms

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